SOBRE LA CREATIVIDAD FEMENINA.
Eli Bartra Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco
Arte popular visual mexicano y género.
¿Existe algo que podemos denominar creatividad femenina? La respuesta inmediata de la mayoría de las personas que se dicen entender de arte es simplemente que NO, que no existe tal cosa. Sin embargo, entre los y las estudiosas del arte las respuestas varían más y la cuestión se complejiza.
¿Cómo se puede estudiar al arte popular visual desde un punto de vista feminista? O sea, hay un camino posible (un método) para asomarnos al arte popular e intentar descifrar ese algo que puede denominarse creatividad femenina. Los primeros pasos de este método podrían darse de la siguiente manera:
1. Lo primero es ver, observar, quién crea el arte; ya no simplemente mirar los objetos (lo bello, lo feo, lo grotesco, lo fino o lo burdo) sino también conocer quién hace esos objetos. Es preciso interesarse por las personas.
2. Una vez que se ha visto que hay hombres y mujeres (de todas las edades) involucrados en el quehacer artístico popular, se escoge lo que se quiere estudiar específicamente. Puede ser cualquier proceso, no sólo aquellos en los que se ve a las mujeres.
4. En cada proceso de creación, distribución y consumo es preciso poner al descubierto la presencia o la ausencia de las mujeres. Se explica su ausencia y se analiza su presencia, su participación o su protagonismo.
5. Es importante ver las diferencias y las similitudes entre la forma de crear, de trabajar, de distribuir, de consumir, de mirar las obras entre hombres y mujeres.
6. También hay que conocer qué imagen de mujeres en especial (a veces de hombres para comparar) se encuentra en este arte. De qué manera están representadas iconográficamente, esto cuando es figurativo y resulta posible. Hay que ver qué nos dicen las obras sobre los hombres y sobre las mujeres.
¿Ahora bien, en qué medida esto sería feminista y no simplemente estudiar al arte popular contemplando la división genérica? ¿Cuál es la diferencia fundamental entre lo primero y lo segundo?
Contemplar la división genérica es condición necesaria, pero no suficiente, para utilizar un método feminista de análisis. El método feminista va siempre acompañado de una voluntad de cambio. Detrás de él se encuentra, además del interés por conocer, la intención de denunciar un estado de cosas injusto y la necesidad de transformarlo. Esto es, hay una intencionaliad de búsqueda, una necesidad de poner de manifiesto la jerarquía entre los géneros que se observa en otros contextos sociales. Este es el interés político siempre presente en un método feminista.
Al estudiar el arte popular se parte de la idea de que éste es expresión de una creatividad considerada inferior, marginal con respecto al "gran arte". ¿Por qué es inferior? Porque la hacen los pobres y las mujeres, en su mayoría, y quizá también por su menor originalidad y unicidad.
Lo importante al acercarse a estudiar el arte popular en México, o en cualquier otro lado, es ver el panorama general, buscar en qué consiste el llamado arte popular en ese lugar y de ahí empezar a escarbar.
En cuanto a analizar el arte popular desde un punto de vista feminista hay mucho más por hacer de lo que ya se ha hecho; incluso en los países europeos y en los Estados Unidos es mínimo lo que se ha estudiado.
En los países que no cuentan con una gran cantidad de producción de arte popular como México, por ejemplo Inglaterra, Francia o los Estados Unidos y Canadá, se ha tenido que empezar por enriquecer y transformar el concepto mismo de arte popular para poder incluir y estudiar la creatividad de las mujeres plasmada en lo que comúnmente queda enterrado detrás del trabajo doméstico no asalariado, del "trabajo por amor". [1] Pensemos, por ejemplo, en las figuritas de migajón, los tejidos, los bordados, las labores de ganchillo, los trabajos con papel y papier maché.
En México la riqueza del arte popular es tan grande que ni siquiera se ha llegado a la necesidad de ampliarlo para abarcar a esas mismas labores domésticas que a veces resultan en obras de interesante calidad artística susceptibles de ser estudiadas como formas de arte popular.
Es fundamental conocer qué hemos hecho y qué estamos haciendo las mujeres en el campo del arte popular, así como resulta importante saber qué imagen determinada de los géneros se comunica a través de este arte. Y todo esto, ¿para qué?
Tenemos varias tareas pendientes, por ejemplo, en cuanto a saber qué es lo que se ha llamado identidad de las mujeres ¿existe tal cosa? y nos interesa también saber qué identidades estamos construyendo. Queremos saber quiénes somos las mujeres, qué hemos hecho y qué estamos haciendo aparte de ser esposas-madres-amas de casa.
Dada la historia de opresión y discriminación, por un lado se ha presentado la necesidad de explicar por qué razón no ha habido "grandes mujeres artistas". Por el otro, como lo que parece una contradicción, pero no lo es, se ha señalado que eso de si ha habido grandes artistas no es lo importante; lo asombroso es percatarnos de las significativas contribuciones artísticas de las mujeres a lo largo de la historia, habiendo vivido para la creatividad, en condiciones tan adversas.
Conocer el papel de las mujeres dentro del arte visual popular no es un puro deporte intelectual. No se trata de conocer por el simple afán de conocimiento. Resulta importante para el presente y el futuro de las mujeres que vivimos la transición entre el no ser y el ser. Es fundamental conocer la creatividad femenina, poder identificarla como tal, obtener modelos estimulantes para las mujeres a ser emulados. Señalar y subrayar la ausencia de las mujeres en espacios de creación también es necesario para intentar investigar y analizar las causas y las razones con miras a enmendar el problema y fomentar la creatividad femenina. Es decir, ambas cosas son necesarias: descubrir las presencias para que las mujeres hoy se puedan mirar en ese espejo, subirse en sus hombros y continuar creciendo y ver también las ausencias y las razones sociales reales de esas ausencias.
La investigación que contempla la división genérica es un gran avance frente al conocimiento "neutro". Representa una mayor objetividad del conocimiento.[2] Sin embargo, el solo hecho de tomar en consideración el sexo de las personas involucradas a lo largo de todo el proceso de conocimiento no significa per se que sea una investigación feminista. Esto último se dará si se tiene en la mira la liberación de las mujeres. Ésta parece ya una idea algo arcaica, tal vez hasta haya que quitarle un poco de polvo, pero pienso que sigue siendo una propuesta válida para las mujeres.
La inmensa mayoría de los textos sobre arte popular no menciona la existencia de géneros. Punto. Hay algunos que consignan si los objetos han sido hechos por hombres o por mujeres. Ya es algo. Unos pocos, poquísimos, además de señalar claramente el sexo de las personas involucradas en el proceso de creación del arte popular, cuando esto es posible, van más allá y analizan el significado de la división genérica. Se estudia el papel que desempeñan hombres y mujeres (o a veces sólo las mujeres) dentro del proceso de creación y la imagen de los géneros que se transmite, nuevamente cuando ésto es posible por el tipo de arte popular de que se trate.
Por ejemplo, si se estudia el arte de los huicholes es importante ver qué hacen los hombres y por qué, qué hacen los niños y las niñas y las mujeres. Además de ver cómo son representados unos y otras en su arte y estudiar los códigos con los que se comunican cada uno de los géneros.
Dentro de ciertas comunidades indígenas de México se crean las genealogías por género claramente diferenciadas. Las niñas huicholes empiezan temprano a crear y a querer ser buenas en su arte. Siguen los pasos de sus madres, de sus abuelas y así aprenden su arte, tienen sus modelos perfectamente identificados. Pero para desarrollar la creatividad femenina no siempre es fácil encontrar los modelos en femenino. Es probable que los hombres no sirvan como modelos para las mujeres, creo que no ayudan a desarrollar su auténtica creatividad justamente porque son diferentes, su sensibilidad es distinta y ellos hablan del mundo de acuerdo a cómo lo ven; de ahí que con frecuencia cuando las mujeres emulan el quehacer creativo de los hombres, cuando miran la tradición artística masculina como si fuera propia, hablan en masculino, piensan en masculino y se da un proceso de enajenación. Por eso es importante descubrir la tradición creativa femenina.
Las diferencias genéricas dentro del arte popular se presentan de la siguiente manera:
a) Existe una separación, una diferenciación entre los tipos de arte que crean hombres y mujeres. Se da una especialización dentro de la creación por géneros; hay objetos que sólo son creados por los hombres y otros sólo por las mujeres. Otros más son elaborados por ambos indistintamente por separado o en colaboración. Por ejemplo, los bordados, los objetos de barro, generalmente los hacen las mujeres; las máscaras, los objetos de cobre, los hombres; los amates y algunos objetos de barro los hacen ambos.
b) Un mismo tipo de objeto es creado por hombres o por mujeres indistintamente y presentan diferencias. Por ejemplo: los judas, los sarapes, las lacas.
c) Hombres y mujeres elaboran un mismo objeto de arte popular en colaboración, con una clara división del trabajo frente a él. Algunas veces los hombres ayudan y otras las mujeres son las que ayudan. O sea, la parte más creativa recae en hombres o en mujeres dependiendo del tipo de arte. Por ejemplo, en cuanto a los alebrijes de madera los hombres los tallan y las mujeres los pintan,y lo mismo sucede con los de papier maché; en el caso de algunas figuras de barro son las mujeres las que modelan las piezas y los hombres ayudan a pintar.
¿Existe la creatividad femenina en el arte?
Creo que es posible hacer afirmaciones generales acerca de las diferencias entre los géneros, en el proceso de creación de arte popular. Existen tendencias muy claras. Se puede percibir que las diferencias existen y son múltiples y diversas así como múltiples han sido las opiniones vertidas por personas "expertas" en torno a esta cuestión a lo largo de los siglos; sin embargo, la clara intención de la inmensa mayoría de esas opiniones fue la de mostrar y demostrar la inferioridad de las mujeres. En algunas ocasiones esa no ha sido la intención, pero sí el resultado.
Por otro lado, resulta interesante ver las diferencias en los materiales más utilizados por hombres y por mujeres. Sabemos que el barro y los textiles son especialidad de las mujeres, lo ha sido por siglos y siglos; ellas casi no trabajan los metales; ambos crean indistintamente los sarapes tejidos y el papel amate pintado, por ejemplo. Sin embargo, para poder especificar diferencias más de fondo es preciso enfocar un tipo de creación en particular.
Ante la pregunta, entonces, sobre si existe una creatividad femenina y, en particular, una creatividad femenina en el arte popular, no tenemos todavía respuestas definitivas, pero se empieza a vislumbrar que hay algo que se puede llamar así.
Cuerpo y creatividad.
Al estudiar las biografías de mujeres artistas me parece posible afirmar que la creatividad femenina se encuentra íntimamente vinculada con la maternidad y el maternazgo, de una manera u otra. En general, la creatividad de las mujeres puede expresarse mejor si no hay hijos pequeños que cuidar, ya sea que no se tengan o que los cuiden otras personas. Hay una relación directa entre cuerpo y creatividad femenina. Se puede ver también al revés: en lugar de ser un impedimento para la creatividad, la maternidad afirma el potencial creativo de las mujeres, gozan de una ventaja y no de una desventaja como puede parecer con lo que afirmé al principio.
La conexión entre reproducción y creatividad artística es fundamental para las mujeres, pero no se dá de una sola manera, sino de muchas.
La creatividad, y asimismo la femenina, no existe de manera ahistórica y universal; es siempre algo cultural e histórico. Sin embargo, se han observado algunas constantes que permiten hablar del asunto en general: podemos ver que las mujeres han compartido y todavía comparten rasgos, características generales frente a la creatividad. Es posible decir, por ejemplo, que las mujeres tienen mayor capacidad y necesidad de hablar de sí mismas. En la litaratura, pero también en las artes plásticas y en el arte popular, las mujeres "hablan" de las mujeres y con las mujeres mucho más que los hombres. Con todo y que ellos han mirado a las mujeres y las han usado de modelo para el arte sin cesar, pero las mujeres aún más. Mujeres y niños son los temas por excelencia de las mujeres en el arte.
La cultura de las mujeres es en mucho una cultura del cuerpo. Es por ello que durante tanto tiempo se dijo que la mujer era naturaleza (y el hombre cultura). No es así para nada, las mujeres son tan cultura como los hombres sólo que es distinta y, como digo, muy vinculada al cuerpo y a la maternidad, la cultura del cuerpo está íntimamente ligada a las mujeres.
Se puede hablar de rasgos generales dentro de una sensibilidad propia de las mujeres. No porque sean hembras, no porque tengan un útero, o mejor, no únicamente por eso, sino porque se han hecho socialmente mujeres dentro de una colectividad. La sensibilidad femenina es histórica también, se expresa en tiempos y en espacios determinados.
Es posible que la situación de subalternidad en que vivimos las mujeres condicione una sensibilidad distinta. No hay que tenerle miedo a utilizar esta idea. Si bien es cierto que ha sido una de las formas que ha utilizado el patriarcado para desvalorizar a la creatividad femenina, como si se tratara de una cualidad mística presente en toda obra de mujeres, de todo el mundo y de todos los tiempos; también es cierto que es posible rescatar esa idea desde el feminismo.[3] De la misma manera que podemos decir que existe algo que llamamos sensibilidad masculina.
Existen idiosincrasias culturales, pero eso no implica que todos y cada uno de los miembros de una determinada cultura van a ser iguales. Significa que hay tendencias generales en el modo de ser de los y las integrantes de una misma colectividad; hay ciertos rasgos generales compartidos por los y las mexicanas, hay características compartidas por los y las inglesas. De esa misma manera es como se puede hablar de la existencia de una sensibilidad femenina y de algunos elementos específicos que conforman la creatividad femenina.
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